La ciudad intramuros data de 123 a.C. y se ha caracterizado por un trazado de callejuelas estrechas y tortuosas, típicamente medievales, y por la división de la ciudad en una parte alta y una baja, debido al paso del torrente de la Riera. El casco antiguo de Palma ha sufrido pocos cambios y se considera el más grande y menos transformado de Europa. A esta época pertenecen buena parte de los espacios públicos que tenemos hoy en día. El Temple, el antiguo barrio judío, la Almudaina, la Catedral, el paseo del Born y los patios son algunos ejemplos patrimoniales que se conservan del cruce de culturas en que se ha convertido Palma.